Amru Rice
Amru Rice ha reinventado la agricultura por contrato en el sector del arroz camboyano. Mediante el fortalecimiento de cooperativas y cursos de capacitación sobre agricultura ecológica, ha ayudado a pequeños agricultores y agricultoras de provincias pobres a situarse al mismo nivel que sus iguales de zonas más prósperas del país. Actualmente, Amru Rice es uno de los mayores exportadores de arroz ecológico de Camboya.
Para empezar, ¿puede presentarse brevemente?
Me llamo Saran Song. En 2012, mi esposa y yo fundamos Amru Rice para ayudar a los pequeños agricultores y agricultoras a escapar de la pobreza en Camboya. Ahora, soy el CEO de la empresa.
¿Por qué fundaron Amru Rice?
Mi propia familia era pobre después de la guerra civil. Trabajé en ONG para ayudar a personas como ellas. Luego, en 2010, el Gobierno camboyano decretó una serie de medidas políticas para incentivar el cultivo comercial de arroz. Creo que el sector privado debería generar medios de subsistencia para las personas pobres, así que aproveché la oportunidad.
¿A qué se dedica Amru Rice?
Empezamos como empresa comercial con un plantilla de tres o cuatro personas. Ahora, estamos integrados verticalmente y nos hemos convertido en el mayor productor y exportador de arroz ecológico certificado de Camboya.
¿De qué manera su modelo de negocio incluye a los pequeños agricultores y agricultoras?
Hemos reactivado la agricultura por contrato en Camboya. Para obtener arroz, colaboramos estrechamente con cooperativas agrícolas, cuyos miembros son pequeños agricultores y agricultoras. Los contratos agrícolas les garantizan mayores ingresos.
¿Cuál es el valor añadido que crea su empresa para los pequeños agricultores y agricultoras?
Solo trabajamos en provincias pobres en las que los agricultores y agricultoras carecen de recursos financieros, capacidad y acceso al mercado. Durante los últimos diez años, les hemos ayudado incluso a situarse al mismo nivel que los agricultores y agricultoras de provincias más prósperas. Perciben los mismos ingresos y los compradores y compradoras reconocen la calidad de sus productos.
¿Qué hace su empresa para ayudar a los agricultores y agricultoras a situarse al mismo nivel?
Les pagamos una prima por el arroz ecológico: entre el 20 y el 40 % sobre el precio del mercado, en función de la calidad.
Mediante los cursos de capacitación, nuestros agricultores y agricultoras han podido aumentar su rendimiento reduciendo a la vez los costos de los insumos. En 2013, produjeron aproximadamente una tonelada de arroz por hectárea. Desde entonces, han aumentado más del doble esa cantidad, utilizando solo la mitad de las semillas.
Algunas cooperativas también producen mandioca ecológica y anacardos para diversificar los ingresos de los agricultores y agricultoras. Adquirimos esos productos a través de nuestra alianza y los exportamos a Viet Nam y los Países Bajos.
¿Cómo cooperan con otros actores?
Estamos asociados con ONGs, el Departamento de Agricultura de la provincia y organizaciones para el desarrollo. Las ONGs nos han ayudado a dar a conocer las cooperativas, lo que, a su vez, ayuda a organizar el sector y a aumentar el poder de negociación de los agricultores y agricultoras frente a los proveedores de insumos. También cooperamos en cuestiones como cursos de formación financiera, programas de empoderamiento de la mujer y protección de la biodiversidad.
¿Con cuántos pequeños agricultores y agricultoras colabora su empresa?
Cuando empezamos con la agricultura por contrato en 2013, colaborábamos con 500 pequeños agricultores y agricultoras. Ahora, representamos cerca del 80 % de la agricultura por contrato en el sector del arroz camboyano y colaboramos con 10 000 agricultores y agricultoras. Aproximadamente el 55 % son mujeres, incluidas muchas directoras de cooperativas. Otras empresas están replicando nuestro modelo, pero a menor escala.
¿De qué modo miden el impacto que generan?
Recopilamos datos sobre producción agrícola y cumplimiento de estándares ecológicos. Además, medimos el aumento de los ingresos de agricultores y agricultoras por contrato individuales. Para reunir todos estos indicadores, realizamos encuestas en Snapchat entre los agricultores y agricultoras con los que colaboramos. Además, nos hemos asociado con Oxfam para probar, con carácter piloto, una herramienta basada en blockchain para nuestros agricultores y agricultoras de arroz ecológico.
¿Qué hace que el modelo de negocio de su empresa sea viable?
Se ha comprobado que la demanda de alimentos ecológicos crece. Amru se ha ido haciendo un nombre en el suministro de arroz de alta calidad para el consumo y para los fabricantes. Esta demanda genera más beneficios y oportunidades para los cultivadores y cultivadoras.
¿Dónde comercializan sus productos?
El año pasado exportamos unas 10 000 t de arroz ecológico. La mayoría se destinó a ultramar, principalmente a Europa. Para evitar una fuerte competencia, también servimos a compradores nicho, como fabricantes de alimentos infantiles. Todo nuestro negocio tiene lugar entre empresas (business to business).
¿Cuáles son los ingresos anuales de Amru Rice?
Nuestros ingresos totales anuales ascienden a unos 40 mill. USD. Aproximadamente una tercera parte se deriva del arroz ecológico producido por agricultores y agricultoras por contrato. Por lo demás, adquirimos arroz convencional a molineros y comerciantes.
¿Han recibido algún apoyo externo?
Hemos recibido subvenciones técnicas de diferentes inversores de impacto y financiadores multilaterales, como la Agence Française de Développement (AFD), la United States Agency for International Development (USAID), SNV Netherlands, y responsAbility.
¿Qué planes tiene su empresa para los próximos años?
Queremos duplicar el número de agricultores y agricultoras por contrato hasta 2022. Si la pandemia no nos hubiera parado, lo habríamos conseguido antes.
¿Cómo van a alcanzar estas cifras?
Tenemos que informar a más comunidades sobre nuestro modelo e instruirlas sobre agricultura ecológica. Además, necesitamos seguir diversificando el mercado y encontrar importadores que estén dispuestos a pagar por el impacto que generamos. Para llegar a estos mercados, invertiremos en nuevo equipamiento y mejoraremos nuestra marca.
¿Qué necesitan para llevar a cabo esos planes?
Nos gustaría asociarnos con más importadores e instituciones financieras. En este momento, no estamos buscando inversión adicional, pero esto podría cambiar cuando acabe la pandemia.
¿Qué retos han superado ya?
Hicimos grandes inversiones cuando empezamos con la agricultura por contrato. La cadena de suministros estaba fragmentada y la confianza era escasa, así que nos coordinamos con diferentes actores —cooperativas, ONGs e instituciones gubernamentales— para desarrollar capacidades y crear confianza.
Sin embargo, el mayor reto fue la pandemia de COVID-19. No podíamos desplazarnos a visitar clientes, se paró la cadena logística y un gran número de clientes y clientas se vieron obligados a cerrar sus negocios. Los agricultores y agricultoras también pasaron dificultades para mantener a sus familias. Vendimos arroz a bajo costo al mercado local o incluso lo donamos. Afortunadamente, algunos de nuestros socios han vuelto a poner en marcha sus negocios e incluso han estado de acuerdo en pagar por adelantado para ayudar a los agricultores y agricultoras. Como muy tarde en octubre retomaremos los envíos.
¿Qué les inspira a seguir adelante pese a estos problemas?
Pasé mucho tiempo trabajando con ONGs para apoyar a los grupos vulnerables y eso ha forjado mis valores fundamentales. Aprendí que es posible generar confianza si somos capaces de escucharnos y comprendernos mutuamente.
¿Qué recomendaciones pueden hacer a otras empresas?
Los emprendedores y emprendedoras deben decidir si realmente quieren causar un impacto en la comunidad en la que están operando y en qué desean centrarse. Este compromiso debe salir del corazón y traducirse a una filosofía de funcionamiento básica para el negocio.
Las historias de impacto han sido producidas por la red Inclusive Business Action Network (iBAN, por sus siglas en inglés). Han sido creadas en estrecha colaboración con las personas emprendedoras y equipos destacados. La producción de esta historia de impacto ha corrido a cargo de Susann Tischendorf (concepto), Sara Karnas (vídeo), Katharina Münster (texto y gráficos informativos), Christopher Malapitan (ilustraciones), y Alexandra Harris (edición). La música está libre de derechos de autor. Las fotografías son cortesía de Amru Rice.
Última actualización: 09.2021.