El panorama de la inversión de impacto en el Sudeste Asiático

El negocio inclusivo logra cada vez más oportunidades de financiamiento gracias a inversores e inversoras de impacto en el Sudeste Asiático
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Asie de l’Est et Pacifique
2. Sep 2018

Recomendaciones

Un creciente número de inversores e inversoras de impacto está buscando oportunidades de inversión en el Sudeste Asiático. Para acceder a esta nueva fuente de financiamiento, se recomienda a las empresas:

  • Explorar nuevos enfoques y modelos de negocio que generen un impacto social y ambiental positivo con potencial de aumentar en escala. El emprendimiento social ha cobrado fuerza en la región, mientras que el negocio inclusivo ha sido adoptado por la Asociación de Nacionales del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) como una estrategia de desarrollo de las microempresas y las pymes. Estas brindan oportunidades de desarrollo incremental o de nuevos negocios que pueden atraer financiamiento de inversores e inversoras de impacto.
  • Trabajar para alcanzar una mayor sostenibilidad financiera. Pese a que las subvenciones al emprendimiento están cada vez más disponibles para las diferentes fases del desarrollo empresarial, los inversores e inversoras privilegian la viabilidad y sostenibilidad financieras a largo plazo de una empresa. La sostenibilidad financiera demostrada aumenta la capacidad de una empresa de acceder al financiamiento para la siguiente fase.
  • Aprovechar los cambios de tendencia en la ayuda al desarrollo. Los flujos de subvenciones en la región están evolucionando en consonancia con el incremento del desarrollo socioeconómico. Las empresas y organizaciones con ánimo de lucro locales también deberían buscar las tendencias de desarrollo y áreas de impacto clave en sus respectivos países, identificadas por el Gobierno y las agencias de desarrollo locales e internacionales. También deberían explorar la ayuda al desarrollo como fuente potencial de inversión complementaria.

A los inversores e inversoras se les plantea una serie de exigencias: diseñar programas de financiamiento accesibles para pequeñas empresas y empresas excluidas (p. ej., un gran número de empresas informales rurales, así como microempresas y pymes); recurrir cada vez más al capital filantrópico, ya sea directamente para la inversión de impacto o diseñando modelos de capital híbrido; diversificar inversiones identificando nuevos sectores de impacto basándose en tendencias y retos específicos del país; mejorar la comprensión del contexto local entre los gestores y gestoras de fondos para lograr una utilización más eficaz del capital; y aumentar la transparencia del rendimiento de las inversiones en la comunidad inversora para mejorar el aprendizaje y la práctica entre pares.

Los programas gubernamentales de apoyo existentes para negocios generadores de impacto (p. ej. responsabilidad social corporativa, empresas sociales, negocios inclusivos) deberían conectar estas empresas a inversores e inversoras de impacto para ampliar su cartera de inversiones. Las empresas y los inversores e inversoras también se beneficiarán enormemente de políticas que faciliten la realización de negocios a nivel tanto local como regional. Se requieren intermediarios capaces de conectar a las partes interesadas filantrópicas con inversores e inversoras de impacto para acelerar la inversión de impacto, 1) prestando apoyo a actores filantrópicos para su transición a la inversión de impacto y 2) diseñando instrumentos de inversión híbridos.


Inversores e inversoras de todo el mundo están potenciando el financiamiento de impacto para ayudar a crear mercados más abiertos, inclusivos y resilientes para diferentes tipos de empresas. La inversión de impacto como modelo de financiamiento está siendo adoptada por un número creciente de inversores e inversoras públicos y privados, lo cual respalda a las empresas que están comprometidas con la solución de problemas sociales mediante los negocios y, en el proceso, aseguran una mayor sostenibilidad del entorno empresarial (personas, planeta y beneficios).

El Sudeste Asiático se está convirtiendo en una potencia económica global, con un PIB combinado estimado en 7,6 billones USD (tasa de crecimiento anual de alrededor del 5 %), y generando nuevos sectores y empresas —p. ej., comercio electrónico, microfinanciamiento, hostelería y transformación de productos agrícolas— estimulados por el creciente apoyo gubernamental al crecimiento del sector privado, el impulso de la ASEAN para lograr la integración económica regional y global, una población joven y una creciente base de consumidores y consumidoras. Este informe de la Global Impact Investing Network (GIIN; Red Internacional de Inversión de Impacto) e Intellecap examina el ecosistema de la inversión de impacto en el Sudeste Asiático y la experiencia de dos tipos de inversores e inversoras presentes en la región: inversores e inversoras de impacto privados tales como gestores y gestoras de fondos, filántropos y filántropas, fundaciones, bancos comerciales y fondos de pensiones; e Instituciones Financieras de Desarrollo (IFD) con apoyo gubernamental tales como la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD). El informe incluye una lista de inversores e inversoras de impacto privados e IFD activos en la región.

El informe ha identificado un número creciente de inversores e inversoras de impacto en el Sudeste Asiático y constatado que las IFD aportan el grueso de las inversiones. Por lo general, las IFD financian grandes proyectos y empresas en fase de crecimiento y maduras que buscan financiamiento adicional para desarrollar o ampliar la escala del negocio. Entre 2007 y 2017, las IFD han invertido unos 11 300 millones USD (con la CFI como el mayor inversor IFD) en capital de impacto, cubriendo el 90 % del capital de impacto invertido en la región. Indonesia, Filipinas y Tailandia han sido grandes mercados para las IFD; Myanmar y Camboya están recibiendo un volumen creciente de inversiones desde 2013. Los inversores e inversoras de impacto privados, por otra parte, aportan capital semilla para empresas emergentes, empresas sociales y pymes. Las IFD también invierten en inversores e inversoras de impacto privados (habitualmente gestores y gestoras de fondos de impacto) para apoyar a pequeñas empresas. Entre 2007 y 2017, los inversores e inversoras de impacto privados han realizado unas inversiones de capital de impacto de unos 904 millones USD, de los cuales Camboya —específicamente su sector de microfinanciamiento— ha acaparado una porción considerable (45 %) de todas las inversiones de impacto privadas. También se observó actividad intensa de los inversores e inversoras de impacto privados en Indonesia, Filipinas y Viet Nam.

Sobre la base de más de 500 transacciones estudiadas, las IFD y los inversores e inversoras de impacto privados canalizaron inversiones de impacto principalmente a tres sectores: servicios financieros (en particular microfinanciamiento), energía e industria manufacturera. Otros sectores que reciben cada vez más atención son la agricultura, las tecnologías de información y comunicación (TIC), la educación y la sanidad. Un puñado de inversores e inversoras de impacto privados han realizado inversiones con una perspectiva de género (“inversiones en empresas, organizaciones y fondos cuya intención expresa es abordar cuestiones de género o promover la equidad de género”) a favor de instituciones de microfinanciamiento en Indonesia, Filipinas y Viet Nam. Esto es especialmente notable porque otros inversores e inversoras consideran el impacto de género solo tras la inversión, en lugar de basarse en el impacto de género para fundamentar sus decisiones de inversión.

El Sudeste Asiático brinda un espacio prometedor para la inversión de impacto. Sin embargo, el ecosistema para la inversión de impacto en la región continúa estando fuertemente fragmentado. Esto se debe a la diversidad de ecosistemas de negocio, niveles de desarrollo económico y clima sociopolítico en los países en cuestión. El sector privado aún tiene un conocimiento limitado de los inversores e inversoras de impacto. También se puso de manifiesto que gran parte del capital de impacto procede de inversores e inversoras extranjeros que operan fuera de la región. El informe señala que, si bien Indonesia, Filipinas y Viet Nam ya cuentan con ecosistemas maduros de inversión de impacto, el resto de la región aún tiene camino que recorrer. Los actores locales distintos de los inversores e inversoras de impacto —empresas e intermediarios de apoyo tales como incubadoras y aceleradoras de empresas, asesores y asesoras comerciales e inversores e inversoras locales— deberían intensificar sus esfuerzos para ayudar a más empresas a estar preparadas para la inversión de impacto.